EL REGRESO

Tras 18 días de navegación y con los nervios de punta, amaneció un día radiante en todos los sentidos, para mi. Nos levantamos muy temprano y tras dejar las maletas cerradas, bajamos a desayunar, en el comedor se respiraba un ambiente de llegada y ansiedad, entre los jóvenes había euforia, no tanto ante la espectación de los mayores que volvían y ya se habían llevado la primera puntilla. Ya se divisaba La Habana y solo tomé un zumo pues no me entraba mas, enseguida subí a cubierta y sentí como se iba acercando el muelle lleno de gente, entre ellos estaría la mia, pronto reconocí a Tere y a Maruchi, luego ya vi a todos los demás, me pareció eterno el tiempo que transcurrió mientras atracábamos y pudieron subir a bordo, de pronto sentí una ráfaga de abrazos, besos, grititos y lágrimas, eran ellas, nunca olvidaré esa sensación, enseguida me preguntaron por Kiko y bajamos al comedor, allí estaba él, desayunando tan tranquilo, nos sentamos y empezamos a hablar sin parar los cuatro, hacia 4 años que no nos veíamos y teníamos mucho que contar.
El recorrido desde el muelle hasta la calle Suarez fue precioso, todo lleno de gente bulliciosa, de coches, carros de venta de fruta y puestos de frituras, ese olor a aceite, a mariquitas de plátano y frituras de bacalao, y muchos negros y chinos andando de un lado para otro....ya estaba en casa.
La casa donde vivíamos al lado de "la Sultana" se tiró y construyeron un edificio, ya papa había traído todos los muebles que allí había para la casa de Candamil, así que, alquilamos habitaciones en el Hotel Nueva Isla, que estaba en la esquina de Suarez y la calle Monte, allí estuvimos durante 3 meses hasta que se compró el piso de Malecón. Todos los días comíamos en casa de tía Pura que seguía con su Casa de Huéspedes, yo siempre iba temprano para su casa, me gustaba ver la tele en su habitación y me traía la comida allí, mientras comía, en la CMQ, que era el canal mas importante, daban una serie de Alfred Hichcock.
Tere y Maruchi estaban en pleno curso pues era el mes de Marzo, pero los sábados y los domingos íbamos a la playa o al Club, unas veces al Comodoro y otras al Círculo Médico que estaba en Santa María del Mar, una playa al lado de Tarara.