VERSALLES

La joyería "Versalles" aun existe en la calle Neptuno de La Habana, la última vez que estuve allí era una lavandería, pude verla desde fuera.
Al regreso de nuestro viaje a España en 1949, antes que papa se fuera de nuevo a Europa, se fundó "Versalles". Contaba mama, que Tete y Nicolás fueron un día a casa, porque él, que había estado trabajando en una joyería muy importante en La Habana, llamada "El Gallo", y habiendo tenido una discrepancia con el dueño, se había ido de allí. Nicolás, tenía en mente, coger un bajo en la calle Neptuno, que había sido una joyería y se traspasaba, pero Nicolás no tenía el dinero para afrontarlo y la idea de él era pedírselo a papa, si disponía de esa cantidad, papa, que por aquel entonces, había comprado un solar y tenía idea de hacer construir apartamentos, le dijo que podrían asociarse al 50% poniendo él 30.000$ y los restantes que le corresponderían a Nicolás, se los podrían prestar entre 3 amigos de ellos, así fue y en pocos meses se inauguro "Versalles". "Versalles", se dedicaba mas, a decoración que a joyería, lamparas, vajillas , cristalería, cuberterías de plata, etc. y había un mostrador en forma circular en el centro de la tienda que tenia medallas, pendientes, broches y bisutería fina, casi toda importada, Nicolás tenía mucha experiencia y muy buena clientela, debido a su valía en "El Gallo" mucha gente, pasó a comprar a "Versalles" gracias a él y se convirtió en una casa de mucho prestigio.
No está muy claro el final de "Versalles" según mama, al haber poco género, pues solo había porcelana checa, y poco mas, se entrego al Gobierno por falta de existencias, yo creo que algo pasó entre papa y Nicolás, cuestión seguramente de malentendidos, pues ellos al volver a España tras el espolio socialista que sufrieron en Cuba, no se hablaron. Un dia, despues de muchos años, ya aqui en La Coruña, papa llego muy contento a casa, y le contó a mama, y ella a mi, que él, se había encontrado con Nicolas en un autobus y se habían saludado y hablado normalmente, eso me alegró pues Nicolas fue una persona que yo apreciaba y quería. Ahora estaran todos juntos y todo se habrá olvidado.

HASTA 1959

Hasta marzo de 1959 permanecimos en España por segunda vez, papa iba a Cuba cada año, para el balance de las tiendas, entonces, como estaba sobre un mes en La Habana, venía Manolo Verez a conducirnos el coche, él dormía en una casa en la misma calle Espronceda, que daban camas, mama se ponía de acuerdo con él para las salidas y comía en casa, por aquel entonces a mama se le ocurrió aprender a conducir, y Manolo la enseñaba. Los Nuevos Ministerios, se estaban construyendo y quedaban cerca de casa y por detrás del Instituto de Kiko, esa parte de La Castellana casi no estaba construida y hasta el Estadio Santiago Bernabeu había poco tráfico entonces, por allí padecimos las clase de mama, era tan nerviosa que soltaba el embrague de pronto con el consabido parón del coche, llegábamos a casa choteando a la vieja que siempre se enfadaba porque nos reíamos de ella. Después de hacer las tareas del cole, con una profe de apoyo, que hubo varios, pero la mejor, era una que vivía en el Barrio de La Concepción y se llamaba Mercedes Barranco, era solterísisisma y muy buena, como persona y como maestra, después, Manolo nos enseñaba a jugar a las cartas, y nos divertíamos mucho, luego a la cama y así, durante todo el invierno, además de jugar, pelear, estudiar etc...lógicamente.

Papa siempre venía en El Guadalupe, entonces Manolo iba para Galicia con mama y regresaban mama y papa a Madrid. En casa de Don Mariano, se reunía mucha gente importante, entre ellos el pintor Viola y Camilo José Cela, este último venía de Mallorca, donde vivía, a la Real Academia de La Lengua, los miércoles, entonces papa siempre iba a tomar café, Cela le decía a D. Mariano .-Dile a la cubana que me haga ese flan. La cubana era mama y el flan lo recodáis bien. ¿Verdad Beni??. He de decir que nunca me simpatizó Cela, además de prepotente, era y fue siempre un snob, con aquella barba negra que le cubría su papada, era soez, siempre tenía frases preparadas, las que, todos le reían. Como escritor, tampoco fue de mi gusto.

Los veranos los pasábamos en Villalba, ya papa había comenzado a construir la casa de Candamil, había contratado a Ángel Lozano el abuelo de Luisito, que tenía una cuadrilla y asi le fue, tardaron en hacer la casa 2 años, eso fue porque él quería darle el trabajo a Ángel, por ayudarle, pero mientras teníamos alquilada la casa en los altos de la oficina de Correos, enfrente de la casa de Vicente.

Dicen que el amor y el odio, son recíprocos, debe ser verdad, porque sin hablar, Vicente y yo nos sentimos atraídos desde el primer día, yo bajaba a jugar con Kiko a la calle, Vicente y sus hermanos también lo hacían, venían también las hijas de Boado, un farmaceútico que tenía una farmacia en esa calle, y Mª Fernanda, la hija de Bouza, el mejor amigo que papa tuvo, en fin, eramos un grupo grande, en el garaje de la casa de Vicente, hacíamos obras de teatro, jugábamos al escondite, a las cuatro esquinas y a todo lo que podíamos, cuando mis padres se dieron cuenta de lo que yo sentía, empezaron los problemas, mama mando a Maruja que me vigilara, yo me escapaba para la Alameda, adonde Vicente venía mas tarde, y allí hablábamos en un banco, luego, él se iba con su bicicleta y yo para casa, lo que no sabía yo, era que Maruja siempre sabía lo de mis escapadas, pues me seguía, y no se lo decía a mis padres, muchos años mas tarde me contaba ella que no veía nada censurable, pero tenía que seguirnos porque asi se lo habían pedido. Enfrente de nuestra casa, al lado de la de Vicente había una casa de una planta, que era un almacén, Vicente se subía al tejado por la noche y maullaba como un gato, esa era la señal para asomarme a la ventana que era un primer piso, y charlábamos hasta que venían a cerrar la ventana, os parecerá una cursilada, pero yo tenía 12 años y era el año 1956. También en Madrid hacíamos esas tonterías, Vicente llamaba a casa, si le salía un mayor, preguntaba por Kiko y al ponerse él me avisaba que mirara por la ventana y ahí estaba´él, siempre impecable, parece que lo estoy viendo, solo nos mirábamos y así hasta el verano, siempre así........

En el verano de 1958, ya fuimos a vivir a Candamil en verano, pero todos los días íbamos a Villalba. Después de comer, papa, Kiko y yo cojíamos el coche, que ya era el tiburón anaranjado, y rumbo a Villalba, papa se metía en El Casino y nosotros a nuestro aire, mas de lo mismo, íbamos a casa de amigos o jugábamos, hasta las 9.00 de la noche que poníamos rumbo a Candamil. La ilusión de papa, al hacer aquella casa tan grande, era para que viniesen todos los de nuestra família a pasar temporadas en España.

Fidel Castro, ya estaba en Sierra Maestra, seguíamos las noticias por la rádio y los periódicos, ese año ya tenía papa en mente volver a Cuba, asi que nos matricularon en Villalba, en La Academia que estaba donde vive Manolo ahora, para que no perdiéramos curso, asi que me despedí de Vicente, pensando volver a vernos pronto, nunca pensé que sería tan pronto, y él se fué para Madrid, quedé en escribirle cuando llegara a La Habana, y así quedamos. Aquellas Navidades las pasamos en Candamil, el Fin de Año, fuimos a cenar con Bouza y familia al Casino, al día siguiente nos despertamos con la noticia de la huida de Batista y del "triunfo de la revolución", Kiko y yo nos pusimos a saltar de alegría, pensábamos que era bueno para todos, que la corrupción al fin se había terminado y habría un Gobierno justo, pero papa se olía algo, pues nos dijo, y esta frase se me quedó grabada para siempre.-¡Ojala que la alegría de hoy, no se convierta en lagrimas mañana.....!