12 DE SEPTIEMBRE DE 1960

Bailando con Lalito.
You put you right foot in, you put you right foot out....este baile se llama el Hockey Potty, creo, consistía en ir haciendo lo que la canción decía... mu yankee
Clarita, Eva, María, detrás Julian, Silvia, yo, Lalito, Tere, Jorge, el hermano de Silvia, Cristina y el brazo de Aurorita
Mama, que ya sabía mas o menos lo que se avecinaba, recuerdo las palabras de papá cuando nos alegramos por la entrada en La Habana de los barbudos: -¡Que la alegría de hoy, no se convierta en lágrimas mañana!. Sentenció papá aquel día..... muchas lágrimas cayeron. Pues mamá estaba desconsolada desde que Kiko se marchó, ella sentía un amor especial por él, como todas las madres, dicen que las niñas son de los padres y los niños de las madres, debe ser cuestión sexos opuestos que se atraen, pero es la realidad. El día 2 se había ido Kiko y yo no me explicaba la desazón de mi madre, veía que se acercaba mi cumpleaños y nadie me decía que invitara a nadie para celebrarlo, ya me había perdido (relativamente) el anterior y no estaba dispuesta a perder este. Hablé con mama y le dije: -Mami voy a invitar a mis amigos para el 12 aquí en casa. ¿Que te parece? Ella me miro y se echo a llorar: -Tellita, me dijo, ¡Sabe Dios cuando volveremos a ver a tu hermano!, no podemos celebrar tu cumpleaños estando él tan lejos. Después me explicó lo que ya me rumiaba yo, que aquella salida no era tan temporal, me dio pena insistir y empecé a planear. Por la mañana, al llegar a la Academia hablé con todos y les conté lo que estaba pasando, fue Clarita, la secretaria de Lily del Barrio la que me dijo: -No te preocupes que Irene (la profe de Diseño) y yo vamos a hablar con tu mama y la convenceremos. Así fue, y el día 12 pude celebrar mi último cumpleaños en Cuba. Vino hasta un fotógrafo y todo salió perfecto. Aqui algunas de las fotos de ese día.
Una anécdota de Lalito, éste chico, era amigo nuestro desde Guanabo, nunca perdimos el contacto durante todo el tiempo que pasamos en España a pesar de la distancia. Su padre pensaba que a él no le gustaban las mujeres, cosa que yo no creía, porque sé que yo le gustaba, lo que le pasaba es que era muy tímido. Con este pensamiento, decidió curarlo y solo se le ocurrió contratar una prostituta para espabilarlo, pero el muy burro se lo dijo directamente, incluso le dió las llaves de un apartamento donde seguro, picaba él. Lalito se lo contó desesperado a Kiko y éste le dio la solución: -¿Que día tienes que ir al apartamento? Le pregunto Kiko :-Los lunes, le contesto. -Dame las llaves y dime donde está el apartamento. Así mi hermano pasaba una tarde de película los lunes, gratis y Lalito no pasaría apuros. Su padre nunca se enteró, estaba muy contento de haber curado a su hijo de la "enfermedad" llamada mariconitis.