
Ya sobre junio papá compró el piso de Malecón en el nº625, entre las calles B y C, del Vedado, era un piso muy grande, solo una vivienda por planta, papa lo hizo decorar y quedo muy bonito, también trajo un piano donde mami , después de comer tocaba todas las tardes, quizás es por lo que me gusta tanto escuchar música de piano, para mi el rey de los instrumentos musicales. Mamá estudió la carrera de piano en el Conservatorio de La Habana, con el Maestro Benjamín Orbón, muy joven, mas tarde se haría Concertista. En Suarez, también tocaba, siempre me viene a la memoria, aquellos momentos y recuerdo con dulzura su silueta de espaldas y nosotros escuchándola sentados en los sillones de la sala, Maruchi, cuando vivíamos allí, venía también.
Al piso de Malecón venían mis primas a dormir, entonces los cuatro nos divertíamos mucho, bailabamos, leíamos, paseábamos y en fin.... disfrutábamos mucho. Un día que Tere se quedo a dormir, por la mañana se baño en nuestro baño, cuando salió de ducharse, Kiko, comenzó a hacerle burla, levantando los brazos y mirándose al espejo, esto nos extraño, pero el muy cabrón, nos explicó mas tarde, se había metido en un armario dentro del baño donde mama guardaba las toallas, antes de entrar ella y desde la puerta entreabierta vio como se quitaba la ropa y mientras corría el agua en la ducha hasta que saliese caliente, se miraba las axilas y las espinillas, luego cuando cerro las cortinas de la ducha, salió sigilosamente, según dijo, solo había sido curiosidad, las siguientes veces que vendría a casa, siempre que entraba en el baño, abría la puerta del armario del baño. Al pasar los años pienso que Kiko estuvo enamorado de ellas, platonicamente, claro, sobre todo de Tere.
Las Navidades de 1959, tras la muerte de Maruchi, nos reunimos en Malecón para pasar Nochebuena , Teté, Nicolás y Tere, fueron unas Navidades entrañables. Las últimas Navidades que pasaríamos todos juntos.
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