MADRID II

Esta tarea me está resultando, como un modo de psicoanálisis, en una época de mi vida, movida por las circunstancias, acudí a un Psiquiatra y realicé esta terapia, en cierto modo es duro, a veces, revivir partes de tu vida, que aunque felices, sufres al recordarlas, precisamente por pasadas y añoradas y otras que no han sido felices, al recordarlas de nuevo las vuelves a sufrir y a vivir. Los recuerdos tienen memoria.
Tras este pequeño preámbulo, continuo con mi historia.
Por fin llegó el día 27, ya eran las 8 de la tarde y muy nerviosa, bajé al portal y allí estaba mi rubio. Estaba de espaldas y al sentir mi taconeo, volvió la cabeza y sonrió, le di la mano y bajamos hasta Ferraz, para enfilar el paseo de Rosales y llegar hasta la Plaza de España. Hablamos mucho, mucho..tanto que sin darnos cuenta se nos pasó el tiempo volando. Ya a las 10:30 me despidió en el portal y quedamos en que nos llamaríamos.
Aquella noche no me quedé charlando ni siquiera quise cenar, no tenía apetito, estaba llena de vivencias que quería analizar y me acosté antes que nadie. Ya en la cama me quedé dormida recordando aquella, mi primera cita legal con Vicente..
Al día siguiente, fui a ver a mis vecinos de la calle Espronceda, Don Mariano, el médico, me quedé a comer con ellos y me acercó Marianito a casa por la tarde. Todos ellos fueron encantadores conmigo, esa relación duro bastantes años, incluso despues de haber muerto sus padres. Mariano Jr. es médico y trabaja en Madrid en una Fundación con el marido de la Infanta Margarita de Borbón, Carlos Zurrita. Rosita trabajaba en Iberia, siempre que venía Kiko a España la veía en el aeropuerto de Barajas.
En Madrid estaba también, Pepe Fustes, él, era un chico que frecuentaba el Casino Español y que era hijo de un amigo de mi padre, Pepe, estudiaba en España, vivia en una Pensión de la calle Magdalena, yo le había escrito para decirle que vendría y me mandó su teléfono. Llamé a Fustes y quedamos en La Plaza Mayor. Me alegró mucho ver a Pepe, hacía 5 meses que no le veía, paseamos y bajamos por el Arco de Cuchilleros hasta Las Cuevas de Luis Cándelas, alli tomamos algo y como era viernes y a mi me llevaban a Galícia el domingo, nos despedimos hasta el verano, ya que él lo pasaría en Ortigueira y nos veriamos, como asi fue.
El sábado sería el último día que estaría en Madrid, asi que se lo dediqué a Vicente, ese día no tenía clase y me vino a buscar temprano, pasamos una tarde inolvidable. Vicente ya estaba en la Universidad estudiando Derecho, su ilusión era ser Magistrado, desde niño lo tenía muy claro y termino el Bachillerato muy joven. Al despedirse me dió un beso en la mejilla, fue la primera vez que lo hacía, eran otros tiempos, yo no me atreví a devolverselo. ¡Que estupidez!
Nos veríamos en Villalba en Junio.

2 comentarios:

Tere hija dijo...

Amos ver...¿cómo es posible que en el 61 te dejaran salir A SOLAS (me hago cruces)no con uno sino con dos HOMBRES (escandalizá me hallo)por la calle y recién llegada de Cuba?Vaya escándalo!!!! Es que no me cuadra con lo que me cuenta mi madre, que estaba controladísima, sería por sus tíos supongo.

telly dijo...

Cariño, date cuenta que yo estaba en casa de un amigo de mi padre, ellos no me ponian horario, se suponía que yo contaba con su confianza y debía portarme correctamente al uso de la época, como así fue...en La Coruña también saliamos solas....Un besito mu gande me encantó haberte visto este año.